R7_ ¿VIAJAR ES TAN IMPORTANTE COMO DICEN?

Hace un año, no le daba casi nada de importancia a lo de viajar, pero, desde el primer día que entramos en la Universidad, una de las preguntas más repetidas ha sido: habéis ido a ver (una ciudad, pueblo, monumento…) con su seguida afirmación “tenéis que viajar, os irá bien”.

¿Es cierto esa afirmación que nos dicen los profesores? Pues bien, estuve pensando al respecto y la verdad es que sí.

Sirve, y mucho más de lo que nos pensamos ya que cuando hacemos un viaje conocemos una realidad distinta a la que vivimos a diario. Y eso es una experiencia muy enriquecedora. Esta realidad se observa ya no solo en sus construcciones sino también en la forma de ser de cada persona que habita ese lugar y en el modo de vida de cada lugar. Si queremos disfrutar de los viajes y aprender de su aspecto arquitectónico debemos entender que cada país o cada ciudad tiene una identidad cultural que lo representa.

Viajar, es el principio y el fin de todos y cada uno de los arquitectos, es la mejor universidad que se nos pueda dar, la cual no implica simplemente conocer otras culturas, otras maneras de vivir, otras maneras de pensar, sino también, de qué manera recibimos esos conocimientos, y que hacemos con ellos.

Los arquitectos, y los que todavía estamos intentando serlo, aprendemos la importancia de observarlo todo. Esa mirada crítica, que tanto se nos inculca en la universidad, nos ha enseñado que la arquitectura está más allá del simple diseño de una casa o edificio. Se nos está enseñando a mirar las cosas de manera curiosa, intuitiva, reflexiva.

Y al dejarnos llevar por nuestra intuición, nos permitimos desarrollar nuestra creatividad, la cual nos ayuda a encontrar nuestro potencial en el trabajo, nos ayuda a entender lo que sucede a nuestro alrededor y, por tanto, nos ayuda a crecer.

Como bien hemos visto cuando hemos hablado de qué es la arquitectura, tiene muchos significados, pues bien, uno de ellos es que es una respuesta a una necesidad, y desde mi punto de vista actual pienso que una gran idea es conocer las necesidades de las personas de cada lugar, para así poder entender su arquitectura.

Al comprender entonces que hay distintos modos de habitar, y que todos son válidos, es que concebimos a la arquitectura y a los viajes, como dos disciplinas, o dos términos, que van atados, que no pueden existir por separado, que son, en realidad, parte de la misma cosa.

Cuando viajamos estamos ampliando nuestros conocimientos; viendo otros edificios que aunque desde casa lo veas por fotos, nunca va a ser lo mismo; conociendo el mundo y conociendo otras formas de visualizar el mismo mundo ya que, lo que aquí siempre hemos visto de una forma es muy probable que te encuentres en otro país otra forma de verlo.

A largo plazo, te va a ayudar a nivel tanto personal como en la arquitectura ya que teniendo una más amplia visión del mundo y siendo capaz de verlo desde distintos puntos podrás ofrecer mejores respuestas a las preguntas de tus clientes y tendrás la mente más abierta a la hora de realizar cualquier proyecto, incorporando nuevos conceptos y otros materiales.

Un viaje, por tanto, modifica, transforma y madura al individuo en cualquier condición.