R4_ ¿SIRVEN LAS PANDEMIAS A LA ARQUITECTURA?
Lo cierto es que cuando miras a tu alrededor en tu casa estoy seguro de que tienes baldosas y azulejos en el baño y la cocina, también tendrás agua corriente que, tras usarla, ¿desaparece como por arte de magia?
Si preguntas a cualquiera te dirá que esto se debe a los avances en tecnología y conocimientos y bien, tiene razón, pero solo en parte, le falta información y es que para que estos cambios se diesen tenían que venir motivados por algo.
¿Sabías que todo eso es así en gran medida debido a una u otra epidemia?
Oleadas de epidemias que mataban altos porcentajes de las poblaciones junto con teorías científicas, moldearon nuestro mundo construido y cambiaron nuestra realidad.
En los últimos 150 años, la expectativa de vida ha aumentado de alrededor de 45 a 80 años y podría afirmarse que la mitad de eso se debe a la arquitectura y la ingeniería y la otra mitad a la comunidad médica.
Un ejemplo, mi bisabuela tiene 108 años, ha vivido dos pandemias y su padre murió con 50 de pulmonía porque no había penicilina.
«Solemos pensar que los grandes cambios se deben a que tenemos hospitales y cosas así. Ese no es el gran cambio. El gran cambio vino antes, cuando conseguimos tener agua limpia y manejar la sucia, así como mejores viviendas».
La incorporación de los servicios de suministro de agua potable, el saneamiento y la mejora de la higiene permitió controlar y eliminar eficazmente el cólera en muchos países.
Por otro lado, las ratas, habían sido consideradas en un principio como libres de enfermedades, pasaron a ser un peligro para la salud ya que podían y pueden transmitir más de 70 enfermedades entre ellas el cólera, la rabia, la teniasis la peste la hepatitis, la salmonelosis… Para controlarlas se introdujeron cambios en la arquitectura como utilización de hormigón en las cimentaciones (para evitar que las ratas entraran por debajo de las mismas) y estructuras, y también mucho metal, en casas privadas y edificios públicos, para evitar que pudieran entrar o anidar.
Por otra parte, estuvo la batalla librada contra el “diabólico olor”. Y es que se creía la teoría miasmática que afirmaba que las enfermedades venían de aire tóxico (miasma) que contenía partículas de materia en descomposición suspendidas que producían un vapor viciado, el cual causaba la dolencia. Y, aunque con el tiempo fue refutada, la teoría del miasma fue la gran transformadora del espacio urbano. Por ella, se recuperó el trazado de calles ortogonales, que había sido abandonado en la Edad Media, pues facilitaba la introducción del alcantarillado. Además, para sellar el olor, se recubrían las calles con adoquines, y las casas se revestían y barnizaban para que tuvieran un escudo protector. Los cementerios se sacaron a las afueras de las ciudades, pues se pensaba que el miasma venía de los cadáveres en putrefacción. Y las ciudades que durante siglos habían estado amuralladas tumbaron sus murallas para abrirle paso al viento.
¿También esta última pandemia que hemos sufrido traerá cambios en la arquitectura?
El siglo XXI ha visto hasta ahora Sars, Mers, Ébola, gripe aviar, gripe porcina y ahora covid-19.
Si efectivamente hemos entrado en una era de pandemias, tendríamos que diseñar las ciudades del mañana que el exterior no se convierta en una zona prohibida, sino que siga siendo un espacio seguro y habitable.
Con ello en mente, varias firmas de arquitectos han estado proyectando cambios que auguran desde el fin de los rascacielos hasta la introducción masiva de tecnologías que nos permitan ir por la vida sin entrar en contacto directo con nada de lo que nos rodea.
Si bien es cierto que el coronavirus podría afectar en la construcción para buscar el distanciamiento, de manera que espacios como las oficinas abiertas pueden pasar de moda, o teatros con lugares más espaciados, pero… la verdad es que poco más se podrá hacer ya que con enfermedades de transmisión aérea no hay mucho que puedas hacerles a las edificaciones o al diseño de las ciudades.
O sí, ya que, de forma global, hemos experimentado una nueva visión de nuestra esfera doméstica, que se ha tenido que volver nuestro gimnasio, la escuela de los niños, nuestro lugar de trabajo, meditación… Por lo que una propuesta sería reconsiderar nuestro espacio doméstico para que sea más flexible, de modo que podamos acomodar estas necesidades que tenemos día a día.
Volviendo a la pregunta que te he hecho en el título, ¿crees tú que las pandemias sirven a la arquitectura?
Está claro, que en el pasado sí han servido ya que gracias a esas pandemias el ser humano se ha visto obligado a buscar soluciones que a día de hoy siguen activas, pero, ¿tú crees que eso ya no va a pasar con futuras pandemias? ¿o sí?
Una frase que he leído y que me ha gustado mucho ha sido: Al fin y al cabo, hasta que se logra encontrar un remedio a una epidemia, la única cura que existe es la arquitectura.
Y esta es totalmente cierta ya que tal y como se dio en con el coronavirus mientras encontraban la cura la única medida que imponían era el confinamiento y esto sí tenía que ver con la arquitectura.